La poesía de Beatriz Vignoli tiene la virtud de llevar a una dimensión poética el devenir sensorial de una sociedad, cualquiera sea su punto de vista: íntimo o colectivo, histórico o cotidiano. Sus poemas producen una sensación de extrañeza o desvío y con una palabra sola que refulge, o un giro que fulmina como un rayo en la línea final, reverberan en el umbral mismo donde habla la poesía. Su alquimia del oficio literario combina las palabras en imágenes prodigiosas, en epifanías verbales, cumpliendo aquella definición de que la poesía es la mayor tensión del lenguaje en un tiempo determinado. Leer Viernes es acelerar por la soleada autopista de toda su producción en verso hasta tomar de pronto
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos