En el verano de 1957, tras un accidente de automóvil, fui presa durante tres meses de dolores lo bastante desagradables como para que se me administrase cotidianamente un sucedáneo de la morfina. Al cabo de tres meses estaba lo suficientemente enganchada como para que se impusiera una estancia en una clínica especializada. Éste es el diario de esa desintoxicación.
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos