Einat era un desastre, y dicen que carácter es destino. Pero mientras haya vida hay esperanza, y prueba incontestable de tan popular creencia es que la autora perdió este libro antes de terminarlo, lo perdió dos veces, y sin embargo aquí estamos. Si tu habitación, tu casa o tu estudio están sepultados bajo papeles, migas de pan y objetos de los que desconoces el uso y la procedencia, aquí tienes por fin un manual que explica cómo organizar el mundo sin organizarse. Y si el desastre son los demás, este libro también es para ti. Si no sabes de quién es la culpa, ayúdate y léelo. Ahora bien, el desastre no es tanto un defecto como un rasgo de carácter. E incluso podría hablarse de un superpoder.
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