Había una vez un hombrecito que siempre tenia frio. En otoño, en invierno, en primavera e incluso en el verano, cuando afuera brillaba el sol. Siempre estaba en su casita temblando junto a sus estufas al rojo vivo. Pero un día no pudo soportarlo más. Quería por fin entrar en calor. Se abrigo mucho y salió por la puerta... El señor Abrigos nos enseña de una forma maravillosa que para cada uno de nosotros hay alguien que nos puede calentar el corazón. Ya sea con amistad o amor.
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos