En Alcancía. Ida, que comienza con un viaje transatlántico en el año 1940, se reúnen más de dos décadas de los diarios de Rosa Chacel. Este testimonio, de una lucidez abrumadora, deja un registro de la vida que la autora española tuvo en Buenos Aires, Río de Janeiro, Nueva York y París, entre otros destinos a los que la llevaron el exilio y los avatares de la historia. Alcancía. Ida da cuenta del innegociable compromiso que Rosa Chacel (1898-1994) asumió con la literatura y con el pensamiento, a pesar de las dificultades económicas, familiares y personales que la aquejaron. Es también un documento de la época que le tocó vivir, al tiempo que un íntimo laboratorio de escritura: aquel en el que se pergeñaron algunas de las piezas más importantes de su obra y de la literatura española del siglo XX.
Me atrapó desde el mismo comienzo. Qué frescura, qué manejo del idioma, qué intuición psicológica En materia de lenguaje, y por qué no en materia de literatura, Rosa Chacel me hace sentir como un enano deforme.
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