Mientras que a comienzos del siglo XX la nostalgia era considerada una enfermedad que podía llevar a las personas a cometer crímenes violentos, hoy se convirtió en un producto de consumo. Es incluso una de las estrategias publicitarias más exitosas para vendernos mercancías que remiten a un pasado que, en teoría, anhelamos. Siguiendo los pasos de Mark Fisher y de Simon Reynolds, Grafton Tanner parte de uno de los diagnósticos centrales de nuestro tiempo: la crisis de la imaginación respecto del futuro y la consiguiente exaltación de todo tiempo pretérito, expresadas tanto en el plano político como en el cultural. Este libro aporta una serie de preguntas fundamentales: ¿qué sucede con la nostalgia cuando, gracias a la digitalización.
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