Poética del cine - Jean Cocteau - El cuenco de plata
Para ciertas almas, cada vez menos singulares, el cinematógrafo es un medio admirable para dar cuerpo a sus propios sueños, y lograr con ello que una gran cantidad de personas tomen parte de algo secreto, para sacar afuera la soledad y orquestarla. Por sueños no me refiero a lo que sucede cuando dormimos. Hablo de los espectáculos que toman vida en la noche del hombre, y que el cinematógrafo proyecta a plena luz. Así, la noche en las salas se asemeja a la del cuerpo humano y una multitud de individuos van juntos tras el mismo sueño.
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