Un nuevo volumen de nuestra colección dedicada a lo mejor de la cultura popular: series de televisión, cine, cómic, novela negra, videojuegos y música: sean bienvenidos esta vez a la cara oculta del rock.
Todo lo que lea en las páginas de este libro es mentira. Aunque decir esto quizás no sea del todo cierto. Al fin y al cabo, hablamos de leyendas urbanas, ese prodigioso territorio del folclore contemporáneo en el que, como es de ley, la ficción inconsciente, la imaginación desatada y la verdad más inverosímil conforman un único, inesperado y delicioso cóctel. Por supuesto, el mundo del rock ha sabido crear y recrear sus propios mitos urbanos de manera inigualable y para todos los gustos: delirantes, excesivos, crueles, escatológicos, trágicos, heroicos, patéticos…
Héctor Sánchez recoge una selección de las mejores leyendas urbanas, bulos y demás malentendidos relacionados con los grandes astros del rock, todos ellos narrados con excelso conocimiento y el humor que requiere la ocasión. Y David Sánchez, uno de los más destacados dibujantes de la nueva generación del cómic español, ilustra cada una de estas historias de forma incomparable. Muertes prematuras y extravagantes, fiestones más que desbocados, cameos de ultratumba, sexo con tiburones (y con chocolatinas Mars), chutes familiares de última hora, nazis sabiamente enmascarados, fantasmas latosos y otros fenómenos paranormales, seres parcialmente extraterrestres, venganzas bastante ridículas, mermeladas alucinógenas, problemas graves de identidad, tejemanejes con la CIA y el FBI, testamentos felinos, incestos insospechados, canciones que animan a quitarse la vida y, por supuesto, mensajes más o menos satánicos que se escuchan al hacer girar un disco al revés.
Un maravilloso anecdotario ilustrado como una historia paralela y secreta del rock, un libro que despeja tantos interrogantes como los que propone: ¿de dónde surgen estas historias? ¿Son meros divertimentos y creaciones de una suerte de inconsciente colectivo que da rienda suelta a sus deseos más disparatados? ¿O en más de una ocasión responden a intereses concretos? ¿Qué parte de verdad hay en cada una de estas mentiras y qué parte de esa verdad conocemos? Bienvenidos a la cara oculta del rock.