Luego de la muerte de su madre, Fernanda viaja con su familia a Nueva York para intentar dejar atrás el duelo y encontrar una felicidad perdida junto a su pareja y su hija. Es un viaje largamente deseado, pero pronto descubre que una presencia fantasmal la acecha desde la oscuridad.
Después de La sed, novela en la que incursionó por primera vez en el gótico, Marina Yuszczuk explora esta vez la frontera con el cuento de hadas, el lado más oscuro de la maternidad (o de la vida familiar), en donde no se distingue entre madrastras, madres, brujas.
Para que sepan que vinimos es, de principio a fin, una novela inquietante que se vuelve adictiva a medida que se suceden las páginas. Una muestra más de la potencia narrativa de Yuszczuk.
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