La segunda novela de Guillermo Alonso: Muestras privadas de afecto es, en cierto modo, una novela picaresca del s. XXI. O tal vez un cuento moral, o realismo como el de Dickens o sencillamente una historia rocambolesca e imposible —pero completamente posible— llena de sentimiento y alma. O todas las anteriores. Ramón Mañana, el protagonista, navegará las turbulentas aguas del periodismo gotcha, el nuevorriquismo madrileño y el lumpenproletariat de la farándula, combinadas en un sorprendente thriller tragicómico... La historia salta de la comedia al drama, de lo ridículo a lo majestuoso, del lujo a la sordidez, resultando un zig-zag trepidante llen de giros que atrapa al lector.
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