En el 26 de la Rue Rémy-Dumoncel, en el distrito catorce de París, existe una residencia para ancianos llamada Le Tiers Temps. Allí habita un hombre alto y enjuto, de rostro sombrío pero con ojos aún penetrantes, que juega con sus recuerdos alternando dos idiomas, el inglés de su Irlanda natal y el francés de su exilio literario. Este anciano se llama Samuel Beckett.
El repaso de los episodios que marcaron su existencia, desplegado como entradas de un diario, se alterna con los informes técnicos del personal sanitario de Le Tiers Temps, donde realmente residió Beckett al final de su vida, y ambos relatos dan cuenta de una existencia cada vez más frágil. En su primera novela, Maylis Besserie retrata a un Beckett que a pesar de su decrepitud sigue haciendo gala de su gracia y su cinismo, y que a medida que se acerca al final parece convertirse en uno de sus personajes.
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