En Lemuria, por obra y gracia del Colo -gato luminoso como el sol, bello como el amor correspondido, sabio como pocos-, existe el paraíso. Él le fue dando forma, para poner a prueba el amor humano de Beatrice. Es ella, en este caso, la que debe atravesar un infierno de vecinos inclementes, guiada por el oráculo chino, mientras él da señales de vida desde la altura…
De nuevo Beatriz Vignoli nos conmueve, nos maravilla, nos ofrece una magnífica historia donde se diluyen los bordes entre autora, obra y persona, y la realidad que alcanzan los sueños es más verdadera que la vigilia.
María Lanese
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos