En 1987 la tumba de Juan Domingo Perón fue profanada y su cadáver mutilado. El asesinato del juez que investigaba el caso paralizó las pesquisas, y hoy, casi 40 años después, nadie sabe dónde están las manos del expresidente argentino. Julio del año 2000. Un hombre aparece tirado en una calle de Avellaneda. Tiene unas manos distintivas, aparentemente más viejas que su cuerpo: son las manos de Perón. Ricardo Moreno, tenaz y ambicioso periodista del diario Crónica, relegado por sus jefes en la redacción de notas sin importancia, está dispuesto a seguir cualquier información de algo tan serio como delirante.
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