En los cuentos de Lagunas y gitanos las voces renacen como una planta después de la helada. Voces que se celebran a sí mismas describiendo los venturosos días de almas humildes, de una voz sola que narra con asombro el mundo. Hay un estado de comunión con las cosas, los seres vivos, incluidas las personas. Llamar a una amiga simplemente para decirle algo, a veces se tiene esa necesidad. Y describir el mundo que las rodea, narrarlo como una forma de cuidarlo, de atesorarlo íntimamente.
Lagunas y gitanos da lugar y encarna estas voces como sólo la literatura puede hacerlo.
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos