La escritura de Dovlátov es mágica: sin proyectos, sin maniobras destempladas, nos va encantando. Profundamente verdadera, biográfica, una literatura autorreferencial, indisociable de su existencia. Dovlátov lo dijo mejor: Odio mi disponibilidad a afligirme por pequeñeces. Desfallezco de miedo ante la vida. Y, sin embargo, esto es lo único que me da esperanza. Lo único por lo cual debo agradecer al destino. Porque el resultado de todo es literatura. Y nos asombra con una obra simple que se basta en esa creencia literaria, como cuando cuenta cómo sufre, en La Reserva Nacional Pushkin. – Laura Estrin
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos