Habrá quien pueda esquivar el horror. Jesse Lee no: se da de frente contra lo intolerable. Se queda y lo dice, y lo dice tan bien. Con todas las letras, con todas las palabras, incorporando idiomas y numeraciones, preguntas y respuestas, inventándoles estructuras y abriéndoles espacios como para anunciar, revuelta en músicas (y algo excelente: ¡su traductor sabe escuchar sus músicas!) que vivir es un gran descontrol se amor y sufrimiento. ¿hay premio por semejante sacrificio? Eso creo: para la autora, la posibilidad de percibir la maravilla con la misma intensidad. Para nosotros, sus lectores, estos poemas que nos desgarran y nos curan. Y nos desgarran otra vez. Y nos ofrecen algo así: “Podés, al menos, apoyarte acá”. Laura Wittne
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