En cuanto a La causa justa, ocupa un lugar especialísimo entre su obra última, por ser el único trabajo de ese período (entre otros muchos, tan buenos o mejores, aunque es difícil imaginarse algo mejor) que Osvaldo se preocupó por dar a conocer; más que eso, insistió en hacerlo, y llegó a ocuparse él mismo, cosa rarísima, del mecanografiado. No es fácil acertar con el motivo. Podría pensarse en el exilio, en la urgencia por dar a conocer este nuevo estadio, maduro y conmovedor, de su visión de la Argentina”.
César Aira
CORREO ARGENTINO
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