Una niña encuentra una piedra, la toca, la mira y empieza a hablarle. La piedra parece no escuchar, pero en un momento rompe el silencio. Como en un baile, pregunta tras pregunta, la niña y la piedra se acercan y se conocen. Pero, cuidado: conocer a alguien no es siempre es suficiente para ser su amiga.
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