Suave y cruel, María del Carril hace recorrer a sus personajes la distancia entre lo que quieren ser y lo que realmente son. Sobre la llaga abierta, sopla la sal de la verdad. Gente estableciendo jerarquías, destruyéndose mutuamente detrás de la fachada de la elegancia y la flotación social. La autora sabe que la tragedia siempre es íntima, que de la piel para adentro estamos solos, y de la piel para afuera, también.
Pedro Mairal
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