Las narraciones reunidas en Estoy tranquilo de Javier Fernández Paupy, van de la crónica al relato, haciendo que el poder evocativo de la escritura conjure las percepciones de la imaginación y la memoria, mezclándolas y alterándolas de una manera sutil. ¿Dónde termina una y empieza la otra? En este libro hay neuropsiquiátricos, pianos y gauchos, un animalismo fascinado por la parte lumpen de la vida, el trabajo en las escuelas o las microscópicas transformaciones internas de la pasión y la amistad. Todo retratado en un tono de diario íntimo y casi de abandono, que hace de este libro una experiencia necesaria y real.
Francisco Garamona
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