El libro de Ana es un bosque. Un rayo rompe sobre cada palabra y revela la entrada. Los poemas flotan, la continuidad de uno a otro modifica la percepción. No hay un pasar de página, no hay vacío o salto entre. Es justamente el entramado de las sombras de troncos antiquísimos lo que configura la espacialidad de El resto es caída.
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos