Una noche de 1879, Mark Twain les cuenta a sus hijas una historia antes de dormir: John, un chico muy pobre se come una flor mágica y adquiere la habilidad de hablar con los animales. Con sus nuevos amigos, John se embarca en una peligrosa aventura para rescatar a un príncipe que ha sido raptado. ¿Qué pasa cuando el héroe se encuentra a la entrada de una cueva protegida por dragones?
De la historia original quedó sólo el esqueleto en forma de notas en el diario de Twain. Por eso, más de un siglo después, cuando éstas fueron descubiertas, se les encargó su reconstrucción a dos gigantes de la literatura infantil: Philip y Erin Stead. El resultado es un hermoso y original libro ilustrado que toca temas como la caridad, la bondad, la tiranía y la valentía
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