MEXICO. 22 DE JUNIO DE 1986. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, sels, siete. Aquella tarde, en el inolvidable partido entre Argentina e Inglaterra y en tan sólo diez segundos, Diego Maradona construyó paso a paso, metro a metro, el gol más extraordinario de la historia del futbol. Algunos minutos antes había pasado la "mano de Dios", y en unos días más llegaría el segundo Campeonato del Mundo para la Argentina.
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