De Bach a Stravinsky, en la música académica, los compositores son los dioses a amar y respetar. Pero en el campo de la música popular –incluido el tango–, los héroes son los intérpretes, esos artistas que, desde su originalidad, le imprimen a las obras una huella personal e intransferible. Sin embargo, las infinitas variantes de interpretación imaginables no dejan de basarse en insoslayables y contundentes composiciones que son reconocibles por diferentes tipos de elementos.
De estos rasgos compositivos en el tango creado entre 1920 y 1935 se ocupa aquí Pablo Kohan. De modo ameno y accesible, se analizan los estilos que desarrollaron Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Juan Carlos Cobián, Enrique Delfino, Pedro Maffia, Anselmo Aieta y Raúl de los Hoyos. Un libro útil para músicos y especialistas, pero también para el lector común interesado en el tango que desee lograr un nuevo acercamiento al género.
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