«Empapada. Los muslos, los brazos, el pecho, el cuello, la cara, el nacimiento del pelo, la nuca. Terminaba pateando las sábanas, las frazadas, las medias. Después, aparecía el insomnio, las catástrofes inminentes en medio de la noche». Una mujer se despierta por las noches con mucho frío en los pies para, un rato más tarde, sentir un calor impúdico.
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