Desde las columnas de Melody Maker, The Wire, Spin, Rolling Stone, y en cada uno de sus libros publicados, Simon Reynolds se propuso deconstruir el discurso del pop sometiéndolo a una disección ideológica que sin embargo no le ha impedido abandonarse a sus placeres. Su mayor logro deconstructivo es haber eludido las dos grandes metodologías analíticas de la crítica de rock -el “lirocentrismo” y la interpretación sociológica- para focalizarse en la materialidad sonora y considerar las políticas del sonido implicadas en las distintas estrategias compositivas del pop. La suspensión del lenguaje en el noise, las regresiones oceánico-místicas del acid-rock, la preponderancia de la tríada timbre/textura/cromatismo por sobre la melodía y el mensaje en el post-rock y la música electrónica conforman un continuum psicodélico que recorre la historia del pop y que manifiesta la fascinación de Reynolds por las cualidades extáticas de la música, su potencia alucinatoria de disolución del ego y de las estructuras de poder que se alojan en la mente. Junto con estos aspectos sonoros y de manera complementaria, cuestiones como el fascismo de la imagen en Madonna, el dog fight y la esquizofrenia paranoica del hip hop, la atracción del postpunk por la cultura negra, los modos de sociabilidad implicados en la cultura rave y la función de la interfase tecnología-droga en el desarrollo de la música permiten a Reynolds indagar en la economía política del pop y las políticas de clase, raza y género que esconde. En su primera traducción al español, los textos seleccionados en este volumen recorren las principales líneas de reflexión del crítico de rock de habla inglesa más importante de los últimos veinte años y sus inquietudes actuales respecto del futuro de la música, en un contexto en el que las posibilidades de las nuevas tecnologías ha transformado sus patrones de producción, circulación y recepción para siempre.