A este libro no le sobra ninguna palabra, a la civilización que habitamos y nos habita tal vez le sobren demasiadas.
D. es un hombre, o una mujer, o tal vez sea usted, que se acerca a este libro sin ser demasiado consciente de que puede congelarle. D. es un universo en movimiento, cinco maridos y un catecismo no bastan para frenar el apetito de ser y de experimentarse. La reflexión poética es una construcción literaria, además de un manifiesto por los placeres perdidos.
Leonardo Valente escribe –y qué bien escribe– desde la observación de vidas lustradas y minuciosamente talladas, aunque su personaje, D., ejercita la libertad como un mandato y se rebela contra la culpa. El escritor escandalizará: la contaminación inoculada no permite salir del carril. Ni en la vida ni en la literatura.
PILAR DEL RÍO
Escritora, traductora y presidenta de la Fundación José Saramago
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