“Me he acostado con la desgracia, pero no suelo comentarlo”. Así dice un personaje de Fernanda García Lao, en este libro de cuentos de un humor fino, desopilante. Aunque esto parece demasiado sentimental hablando de Lao, demasiado realista; somete a su escritura a una torsión tan violenta, a tal desacomodo, que la cara del lector avanza en la trama de sus cuentos con un gesto de desvarío, sin saber a dónde va, sin que haya ruta en el espacio o en el tiempo para seguirla y seguir a sus criaturas, que van de un cadáver a otro y saben cómo usar un cuchillo…
Me hago a un lado de la voz tan dulce de su autora para escapar de la estocada, pero no puedo, porque ya ensartó mi corazón.
Diana Bellessi
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