Los personajes de Pascal Rambert, uno de los dramaturgos franceses más relevantes de la escena contemporánea, hablan solos y solo hablan, para sí mismos y ante quienes el diálogo se ha roto para siempre: una pareja -en Clausura del amor- y una compañía teatral -en Ensayo-. Advenir a la lengua implica siempre una interrupción y una desposesión. Sin embargo, dramáticamente, es solo con esa lengua que podemos separarnos del otro.
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