La prosa de Salvador Biedma es precisa, poética, evasiva y la trama de Aunque no queramos se va armando de a poco, con sutileza.
Un desperfecto mecánico obliga al protagonista de esta novela a pasar unos días en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Se comunica con su esposa, quien está en la Capital acompañando a su padre que, internado, tiene pocas posibilidades de sobrevivir. Mientras Tomás espera que arreglen su auto, convive con desconocidos, va descubriendo algunos secretos de esa zona rural y comienza una relación indefinida y fugaz con otra mujer.
Los pequeños conflictos que recorren el texto se afianzan mientras la historia avanza, lentamente, con contundente belleza.