Rocío, de alveolado
fervor. Y crece a ciegas,
y mata y prolifera. Palpitante,
prospera la facción intimidante
que la otra, insurgente,
aguijonea. El tiempo
anhela. Dar
al suelo, al hombre, al cielo
contorno y nombre ciertos –en la vela
que arde, en el celo
de las especies, en la bula
de cada velo–
es parte de lo incierto. Y no saber
si un hecho es ejemplar
–como el vuelo de Ícaro–, historia
de poderes insanos,
la oportuna manzana
de Newton
o un azar entre infinitos.
"Lo vacío se llena de impulsivo" de Hugo Padeletti.
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